Cómo sellar un neumático en una llanta

La pérdida lenta de aire en un neumático no solo es molesta, sino que también puede ser peligrosa. Un neumático demasiado bajo puede rodar mal en una esquina, afectando seriamente su capacidad de adherencia a la carretera. Los neumáticos bajos también se gastan más rápidamente y reducen el consumo de gasolina. Si puedes retirar el neumático de la llanta, no hay ninguna razón para no pensar en una pequeña pérdida causada por un mal sellado entre el neumático y la llanta.

Busca la pérdida en la llanta. Realiza esto con una solución de agua jabonosa rociando abundantemente la zona comprendida entre la llanta y el neumático. Lo ideal es colocar el neumático en el piso ya que a veces demora unos minutos en formarse las burbujas.

Retira el neumático de la rueda.

Cepilla cualquier zona oxidada o sucia en los contactos del neumático de la llanta. Endereza las áreas dobladas de la llanta si la rueda es de acero. Revisa si hay grietas en las llantas de aleación. Reemplaza cualquier rueda agrietada.

Limpia el talón del neumático para asegurarte de que no haya oxidación ni acumulación de suciedad en esta área.

Moja el pincel en el compuesto sellador de cuentas y coloca una fina capa del mismo en la superficie de contacto de la llanta.

Coloca una fina capa de sellador de cuentas en la zona de la cuenta del neumático.

Vuelve a montar el neumático en la llanta.

Infla el neumático y comprueba si hay fugas con el agua jabonosa.

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