A medida que un tornillo de metal se deteriora, el óxido hace que sea difícil de desenroscar o retirarlo. Lo primero que debes hacer es examinar el tornillo para ver si está tan deteriorado que se romperá si intentas desenroscarlo. Si el tornillo parece estar intacto, por lo general vale la pena tratar de aflojar y desenroscarlo en lugar de cortarlo. Esto puede requerir varias medidas, pero la mayoría de los tornillos responden favorablemente a los intentos de quitarlos.

Usa gafas de seguridad, guantes y mantén tu cabello recogido hacia atrás. Cuando sea posible, utiliza una amoladora con un cepillo de acero montado para limpiar las piezas con tornillos pegados. Cepilla todas las partes del tornillo, tuerca, arandelas y el metal alrededor de la zona donde está montado el mismo.

Sujeta el tornillo a una prensa. Coloca una llave fija de 6 puntas sobre la tuerca o tornillo. La llave debe quedar apretada. Aplica presión constante en una dirección hacia la izquierda. Si el tornillo o tuerca no se afloja, detente.

Vierte una linea de líquido para aflojar o aceite penetrante en todos los lados del tornillo. Si estás trabajando en una parte, gira una parte y rocía ambos lados del tornillo y la tuerca tanto como puedas alcanzar. Permite que el líquido penetre. A veces, vale la pena rociar el líquido de tres a cuatro veces durante un período de 24 horas antes de trabajar en el tornillo nuevamente.

Elige un trinquete de mango largo o una barra para hacer palanca. Sujeta el tornillo en una prensa y aplica presión firme y uniforme. Si el tornillo no se afloja, detente.

Limpia todos los restos de aceite o líquido penetrante. Enciende un soplete de propano y aplica calor al costado de la tuerca o tornillo. El calor tiende a romper el óxido suelto dentro del área roscada. Derrite una vela de parafina sobre las roscas del tornillo para que actúe como un lubricante y utiliza el trinquete nuevamente.