Problemas con el motor Powerstroke 6.0

El Powerstroke de 6,0 litros era un motor turbodiesel utilizado en una amplia variedad de camionetas y furgonetas de Ford. Hasta el año 2007, todos los motores Powerstroke fueron producidos por una compañía subcontratada, Navistar. Desafortunadamente, los controles de calidad de Navistar eran malos y todos los motores que produjo tuvieron varios problemas. El Powerstroke 6.0 le costó a Ford millones en reparaciones de garantía, además de los millones necesarios para rediseñar los motores.

Solenoide de turbocompresor de paso variable poco fíable

Todos los tubodiesel dependen de un turbocompresor para quemar de manera eficiente la mezcla de combustible y aire. El Powerstroke utiliza un compresor de paso variable para regular la cantidad de aire que pasa del turbocompresor al motor. Un solenoide controla el ángulo de rotación del compresor. En los motores construidos por Navistar, el solenoide se desprende fácilmente, además de corroerse prematuramente. El daño en el solenoide impide que el compresor cambie de posición. Un Powerstroke con un solenoide defectuoso sufrirá falta de potencia a través de su rango de funcionamiento.

Acumulación de carbón

Todos los motores producidos por Navistar, no solo los Powerstrokes, sufren la acumulación excesiva de carbón. Esto es un producto residual de la combustión de combustibles basados en carbono como el diesel. En un motor bien diseñado el carbón es expulsado de la cámara de combustión durante la fase de escape. Desafortunadamente, Navistar no ajustó de manera correcta el tiempo de inyección del combustible y el carbón se acumula con cada ciclo de combustión. Un Powerstroke con acumulación de carbón exhibe un humo de escape excesivamente negro además de perder potencia a altas rpm.

Sensor de presión de escape defectuoso

El sensor de presión de escape le indica a la computadora de control del motor (ECU, por sus siglas en inglés) cuánta resistencia hay en el conducto de escape. Una presión excesiva puede ahogar al motor y al turbocompresor. En el Powerstroke 6.0, el sensor se desprende fácilmente del conducto de escape, privando a la ECU de la información. La falta del sensor provoca que los gases de escape llegue a fluir de regreso hacia las cámaras de combustión, lo que puede detener el motor. Además, los gases de escape pueden regresar el turbocompresor y detenerlo.

Rotura de los soportes de los inyectores de combustible

El defecto más peligroso en el Powerstroke 6.0 son los soportes de los inyectores fácilmente dañables. Los conductos están desplegados a lo largo de los montantes principales del motor, que se mueven cuando el motor acelera. Este movimiento raspa los conductos hasta el punto en que comienzan a tener pérdidas. Aunque el diésel no sea tan inflamable como la gasolina, sigue resultando peligroso. No conduzcas un vehículo que pierde combustible. Si existen charcos de combustible debajo del motor, entonces los conductos están dañados. Ponte en contacto con un agente de ventas de Ford para que lleve a cabo las reparaciones. Ford ha regresado el dinero a cambio de algunas camionetas con este problema en lugar de pagar las reparaciones.

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