Las puertas corredizas de vidrio permiten que entre luz y funcionan como una puerta al mismo tiempo. Con el tiempo, las pequeñas ruedas en la base de la puerta tienden a agrietarse o corroerse debido a la humedad y la suciedad. Una vez que no pueden rodar más, la puerta se torna muy pesada para abrir y por lo general sólo lo puede hacer alguien con la fuerza suficiente para levantar la puerta y desplazarla. Sustituir las ruedas resuelve el problema y hace que la apertura de la puerta sea una tarea fácil.

Busca un ayudante para levantar la puerta hacia arriba desde la base y luego fuera del riel. Afloja los tornillos de ajuste con un destornillador en la base de la puerta si está en el riel exterior, de manera que no necesites retirarla del interior de tu casa. Baja la puerta hasta el tope del riel y luego levanta la puerta hasta el marco, fuera del riel inferior y después del riel superior.

Coloca la puerta sobre una superficie de trabajo segura para que no se raye el vidrio.

Mira en la base de la puerta donde se encuentra el montaje de la rueda a cada lado. Busca el tornillo que lo sujeta en su lugar y desatorníllalo.

Haz fuerza palanca o pulsa el montaje de la rueda fuera de la puerta. Utilízalo para encontrar el reemplazo exacto del fabricante de la puerta corrediza de vidrio.

Desliza el nuevo montaje de la rueda en la misma posición que el anterior que acabas de quitar. Asegúralo en su lugar con los tornillos guardados de la vieja rueda.

Levanta la puerta y desliza la parte superior en el riel superior del marco de la puerta. Gira la parte inferior en su posición en el marco inferior.

Ajusta los tornillos en ambos lados de la puerta para dejar las ruedas hacia abajo en el riel, sosteniendo la puerta corrediza de vidrio en su posición.