Con los precios del aceite de calefacción tan altos, puedes estar interesado en construir un quemador de aceite de desecho experimental para una hornilla, un calentador o un hervidor. Este artículo te lleva a través de la conversión de un quemador estándar Beckett AFG para funcionar con aceite de motor de desecho, líquido de transmisión automática (ATF, siglas en inglés) usado, grasa de freír o aceite vegetal de desecho.

Obtén una Beckett AFG o una "pistola" de quemador de aceite similar con la que experimentar. Normalmente se pueden encontrar de segunda mano o en chatarrerías. Quita la bomba de combustible de alta presión y cubre la abertura.

Compra una boquilla de "sifón" para rociar, como una Delavan o una Hago. Un modelo de 0,5 galones (2,2 l) por hora es un buen comienzo. El aceite de desecho es difícil de rociar usando una boquilla de presión convencional, y una de sifón, que funciona de forma muy parecida a una pistola de aerografía o de pintura en aerosol que usa aire comprimido, no se atasca tan fácilmente. Si usas el adaptador suministrado por el fabricante para sostener la boquilla, ten cuidado de que el aire salga por el puerto enroscado en el extremo opuesto a la boquilla y de que el combustible sea alimentado a través del puerto del lado.

Construye un precalentador. El aceite de desecho tiene una mayor viscosidad y es más difícil de prender que un aceite de calefacción casera estándar, de modo que se requiere precalentar el combustible y el aire en algún punto entre 150-350 grados Fahrenheit (65,5-176,6 º Celsius). Dado que el combustible fluye de forma bastante lenta a través de las líneas, debe calentarse a su temperatura final o muy cercana o en la boquilla. Una forma de hacerlo es con un bloque de aluminio que acepte la boquilla del sifón en un extremo. Taladra pasajes para el combustible y el aire en el bloque, así como algunos agujeros para aceptar cartuchos calentadores. También podrías construir un precalentador externo y llevar la línea de combustible directamente a través de un agujero en el tubo de explosión.

Conecta un suministro de aire comprimido. Si ya tienes un compresor de aire, es la solución más simple. El suministro de aire debería llevarse a un regulador ajustable donde se mantenga la presión en algún punto en el rango de 10-15 psi. El flujo de aire se enciende y se apaga por una válvula solenoide cableada en paralelo con el motor del quemador y la ignición.

Dispón una alimentación de combustible de bajo flujo constante. Esto se puede hacer con un tanque pequeño y una válvula controlada por una boya para mantener el combustible a una altura constante. El nivel de combustible se puede localizar por encima o por debajo de la boquilla, dependiendo de la tasa de flujo que quieras conseguir. Si el nivel está por encima, usa una válvula solenoide para evitar que fluya cuando el quemador esté apagado.

Conecta el controlador de temperatura. Es mejor tener el precalentador apagado cuando el quemador no está funcionando, pero el precalentador debe estar a su temperatura antes de que el quemador intente arrancar. Si usas un controlador de temperatura digital PID (siglas en inglés) con una salida de alarma, puedes hacerlo fácilmente.

Usa el control de límite de la hornilla o del calentador para encender el controlador de temperatura cuando el termostato requiera calor. Pon la salida de alarma del controlador para encenderse cuando el precalentador se acerque a la temperatura fijada. Usa la salida de alarma para dar energía al motor del ventilador del quemador, la ignición y los solenoides.

Instala una cabeza de retención de estilo de turbina. La llama generada por el aceite de desecho por la boquilla del sifón tiende a ser más larga que la estándar. Si toca la parte trasera de la cámara de combustión, una cabeza de retención especial puede ayudar.

Advertencias

Este es un quemador experimental que no pretende ser para uso norma en una construcción. ¡Hacer eso puede anular tu seguro y/o violar códigos de construcción! No alteres o quites el la celda del sensor de llama y el dispositivo de seguridad principal del aceite.