El sulfato de plomo se acumula en los electrodos de las baterías de plomo-ácido, mientras la batería se descarga. Esto ocurre porque el flujo de electrones entre los electrodos toma el ácido sulfúrico de los electrolitos en los que están sumergidos los electrodos y hace que se enlacen con el plomo en los electrodos. Se requiere una cuidadosa recarga para evitar que el sulfato de plomo se acumule y destruya la capacidad de carga de las baterías.

Evita que la batería caiga por debajo del nivel mínimo de carga segura. La mayoría de las baterías de plomo son las baterías de 12 voltios y este tipo no se debe permitir que caiga por debajo de 10,5 voltios de carga.

Carga la batería inmediatamente después de que se haya descargado. La carga reconvierte el sulfato de plomo en plomo y óxido de plomo de los que están hechos los electrodos. Si no lo haces rápidamente permitirás que el depósito de sulfato de plomo se endurezca en cristales que no pueden reconvertirse fácilmente.

Carga la batería con una carga extra de gran poder en cada décima carga para eliminar los depósitos sobrantes. Una batería de 12 voltios en general se puede cargar a 13,6 voltios para hacer esto, sin embargo, debes consultar las instrucciones del fabricante para saber cuál es el voltaje correcto para cargar tu batería en particular. Reduce el voltaje del cargador a su nivel normal cuando la batería alcance el 90 por ciento de capacidad.

Compra un cargador de batería inteligente y utilízalo para cargar la batería. Éste detectará el nivel de carga de la batería y ajustará la velocidad de carga en consecuencia. Esto evitará la acumulación de sulfato de plomo sin que tengas que preocuparte de alterar el nivel de carga.