El óxido en un auto puede causar daños mayores a su estructura y puede ser costoso de reparar. Mientras más viejo se haga tu automóvil, mayor riesgo hay de que se oxide. Si el óxido afecta a tu vehículo, puede bajar su precio seriamente y dificultar mucho su venta. Para solucionar este problema, revisa periódicamente tu vehículo en busca de señales de daños por el óxido.

Dale un vistazo a las áreas de la carrocería más propensas a la oxidación. Éstas son: los pasos de las ruedas, el guardabarros y la parte delantera. Ya que el óxido es a menudo causado por las virutas en la pintura y los pequeños golpes que se producen a partir de los desechos del camino, estas zonas son las más susceptibles a oxigarse.

Usa pintura de automóviles para retocar las imperfecciones que encuentres después de examinar el vehículo. Éstas pueden empeorar y causar corrosión si no se cubren rápidamente. Si no tienes ninguna pintura del mismo color a mano, usa esmalte de uñas transparente.

Lija todas las imperfecciones con óxido. Usa una lija 220 para llegar hasta el metal. A continuación, puedes utilizar pintura para vehículos para cubrir la brecha que has hechos.

Limpia la parte de abajo. Lava a presión las cavidades de las ruedas y la parte inferior para librarte de la suciedad de barro. La suciedad puede mantener la humedad y hacer aparecer el óxido.

Lava las alfombras con shampoo. Para detener la formación de óxido, tómate un tiempo durante los meses de invierno para lavar las alfombras de tu carro. La humedad y las sales transferidas de los zapatos pueden causar oxidación debajo de las alfombras si éstas no se limpian adecuadamente.